Redacción y fotografía: Salva
Nada más lejos de la realidad. No teníamos nada que ofrecer más que nuestras ganas de ayudar y nuestra trayectoria profesional. Porque ni queríamos ni podíamos ofrecer dinero. Supongo que fue también por ganas de viajar, conocer sitios nuevos, conocer gente nueva. Porque queríamos ver el conflicto de cerca y no confiar en burocracias encallizadas. Porque, como dijo Marcel Proust, "viajar no consiste en ver paisajes nuevos, sino en ver con nuevos ojos". Porque queríamos ver algo más de nuestra casa-mundo, pero queríamos verlo de cerca.
Nada más lejos de la realidad. No teníamos nada que ofrecer más que nuestras ganas de ayudar y nuestra trayectoria profesional. Porque ni queríamos ni podíamos ofrecer dinero. Supongo que fue también por ganas de viajar, conocer sitios nuevos, conocer gente nueva. Porque queríamos ver el conflicto de cerca y no confiar en burocracias encallizadas. Porque, como dijo Marcel Proust, "viajar no consiste en ver paisajes nuevos, sino en ver con nuevos ojos". Porque queríamos ver algo más de nuestra casa-mundo, pero queríamos verlo de cerca.
Queríamos poder dejar nuestras chanclas en su rellano. |
No me atrevería a decir que regalamos un pedazo de nuestra vida, pues no es un regalo si a cambio te dan otro trocito de vida. Es todo un proceso complejo que manifiesta quién eres tú y quiénes son los demás; que manifiesta qué quieres dar a los demás, qué crees que necesitan, qué necesitas tu para seguir adelante. Es dar y recibir algo que no tiene nombre ni forma. Es un intercambio que nada tiene que ver con las esferas económicas ni con el dinero. Quizá más con religión o, mejor dicho, sistemas de creencias. Quizá tiene que ver con la vida y lo que creemos justo. Pero sin olvidar que solo somos una parte ínfima del planeta. Tal y como escribió Patrick Rothfuss,
“Es una lástima, al mundo le
vendría bien un poco menos de verdad y un poco más de… -No terminé la frase,
porque no sabía de qué quería más.”
El nombre del viento
No sabemos qué necesita el
mundo. Estamos ciegos en la ignorancia y creemos que la luz que vemos al final
es la luz verdadera. Pero todos miramos en direcciones diferentes; todos
creemos en necesidades diferentes. En este sentido, aunque tengamos un modelo revolucionario que sabemos que funciona en nuestro contexto, no tiene por que funcionar en otro. El problema de exportar los modelos de una sociedad a otra es que la realidad no es la misma, los modelos no son los mismos, no encajan.
Desde aquí propongo a todas
las personas solidarias que, antes de ayudar, antes de pensar en ayudar, antes
siquiera de repartir un caramelo o tender dos rupias en manos sucias, antes de reír
con una gracia o llorar con una historia, antes de todo esto, antes de hacer un
voluntariado, se planteen de verdad qué pueden ofrecer al lugar al que van. Mi respuesta es nada. No hay nada que no tengan ya, nada que puedan
necesitar de otras personas. Es una ilusión, una ilusión que mueve montañas.
"¡Y ninguna persona grande comprenderá jamás que tenga tanta importancia!" - Antoine de Saint-Exupéry, El Principito |
No se trata de lo que queremos dar. Primero hay que saber que es lo que necesita ese grupo de desconocidos. La pregunta real es qué puede necesitar el contexto de acogida que pueda ofrecer yo. Para saber esto, es necesario preguntarselo a los grupos, a los individuos. No es algo que te dirán el primer día; quizá ni siquiera te lo digan con palabras directas. Pero todos somos humanos, todos somos igual de infelices, igual de felices.
Y tú. ¿Qué necesitas tú?
Y tú. ¿Qué necesitas tú?
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